Más del 60 % de nuestras vidas lo pasamos en interiores, haciendo de la calidad del aire interior un componente importante en el ambiente educativo. Las investigaciones realizadas en 12 escuelas públicas mostraron una reducción del 20 % de absentismo escolar cuando la humedad relativa se elevó de 20% a 35 %. De hecho, las desviaciones de la gama media pueden coincidir con un aumento de los niveles de bacterias, virus, hongos y otros factores que reducen la calidad del aire.
En las estaciones frías, cuando los sistemas de calentamiento secan la atmósfera interior, el aire puede a menudo caer por debajo de 40 % de humedad relativa (HR). A este nivel se atrae la humedad desde cualquier fuente disponible. Esto incluye nuestros cuerpos, materiales como la madera y los productos textiles, nuestras mascotas e incluso el material de construcción de nuestro propio hogar. Esto no sólo nos hace sentir deshidratados, sino que además puede tener graves consecuencias para nuestra salud.
Enfermedad - La transmisión de virus a través del aire, tales como el de la gripe, se reduce significativamente con una humedad por encima del 40 % de HR. Además, la mucosidad de la nariz y la garganta es nuestra defensa natural del cuerpo contra los contaminantes que flotan en el aire. Cuando se seca, nuestro sistema inmunológico está debilitado.
Piel y cabello - una atmósfera seca provoca que la piel sea susceptible de agrietarse, especialmente en las manos, y puede favorecer que se produzcan puntas abiertas en el cabello y se vuelva más apagado, sin brillo.
Polvo - La humedad atrapa el polvo y provoca que éste se precipite desde la atmósfera, de modo que cuando el aire está seco, el polvo y los contaminantes están más presentes en el aire.
Con humidificadores, tanto en los sistemas HVAC como los colocados individualmente en las aulas, Condair puede mejorar la calidad del aire en su escuela.