Humedad del aire para la piel y los ojos
La sequedad afecta sobre todo a los ojos, la piel y las mucosas. Provoca trastornos como ardor en los ojos, parpadeo, visión borrosa, escozor en la piel, eccema en la piel seca, sangrado de la nariz y tos seca.
Los ojos, la piel y las mucosas de las vías respiratorias están en contacto permanente con el aire ambiente. Constituyen una importante barrera entre el interior del cuerpo y los microbios y patógenos que flotan en el aire. El contenido de humedad del aire, que fluctúa drásticamente, ofrece desafíos considerables en relación con la capacidad de adaptación. La sequedad afecta sobre todo a los ojos, la piel y las mucosas. Provoca trastornos como ardor en los ojos, parpadeo, visión borrosa, escozor en la piel, eccema en la piel seca, sangrado de la nariz y tos seca.
Ojos secos
Aparte de que son la ventana al alma, los ojos también son las ventanas al mundo que nos rodea. Los líquidos y el parpadeo sirven para que la “ventana” se mantenga limpia y clara. Evitan que se seque, además de infecciones y lesiones. El párpado cubre la córnea cuando uno está durmiendo y evita que esta se seque. El párpado parpadea, lo que ocurre como un reflejo que evita la penetración de partículas flotantes más grandes, sobre todo polvo, pero también de cuerpos extraños e insectos. El lagrimal mantiene húmedo el ojo y lo protege de infecciones de bacterias y virus con la enzima antimicrobiana lisozima.
El aire seco provoca una mayor evaporación de la humedad del ojo [1]. La humedad del ojo se puede interrumpir, lo que puede dañar de forma muy dolorosa la córnea. Los ojos secos, escocidos, irritados y rojos ponen en peligro sobre todo la función de protección y provocan unas limitaciones considerables de sus prestaciones. La vista borrosa hace que la labor de protección se interrumpa y, a causa de las tensiones del cuello, se produzcan mareos y dolor de cabeza. Los oftalmólogos advierten de que no se deben dejar de considerar los ojos secos como un cuadro clínico [2]. En pruebas que se realizaron en una cámara climática [3] a humedades relativas del 30 % y el 10 %, las personas de las pruebas experimentaron trastornos tras solo cuatro horas. Un estudio reciente sobre la importancia de la humedad del aire en la oficina [4] confirma: “Lo ideal es que la humedad del aire se encuentre entre el 40 y el 60 % para una temperatura ambiente entre 19 y 22 °C”. El estudio también muestra que un aumento de la humedad relativa del aire tiene un efecto positivo en los ojos secos: “Si se utiliza humidificación del aire, los trastornos se reducen casi a la mitad.”
Piel áspera, seca y con escamas y eccema
La piel de un adulto tiene una superficie de unos dos metros cuadrados. Evita que penetren patógenos en el organismo. La sequedad sostenida provoca una piel áspera, con rajas o grietas. Y esto debilita la función de barrera de la piel. Las bacterias, hongos y la suciedad pueden penetrar a través de esos puntos débiles. Una tesis [5] investigó la influencia de la humedad del aire en la rugosidad de la piel en pacientes con dermatitis atópica, una afección cutánea crónica cada vez más habitual con un grave escozor en la piel. Con una humedad relativa del 30 %, la piel se vuelve más áspera tras solo tres horas, y no solo en el caso de las personas enfermas de la prueba, sino también entre aquellos que estaban sanos.
En el aire seco y calentado del invierno la frecuencia de los problemas cutáneos que se han descrito aumenta considerablemente. Una humedad del aire agradable entre el 40 y el 60 % y pomadas para la piel hidratantes y aceitosas pueden evitar de forma efectiva trastornos y afecciones cutáneas con eccema.
Fuentes:
[1] DNB Deutsches Netzwerk Büro e.V. [Red Alemana de Oficinas]: “Zu trockene Luft im Büro! Welchen Einfluss hat die Luftfeuchte auf die Gesundheit am Arbeitsplatz?” [Aire excesivamente seco en la oficina: ¿cómo influye la humedad del aire en la salud en el lugar de trabajo?], 2015.
[2] BVA Berufsverband der Augenärzte Deutschlands e.V. [Asociación de Oftalmólogos de Alemania]: “Das trockene Auge — eine ernstzunehmende Krankheit” [El ojo seco: una enfermedad que hay que tomar en serio], 2007
[3] Laviana et al: “Einfluss der relativen Luftfeuchte auf das menschliche Auge direkt und beim Tragen von Kontaktlinsen” [La influencia de la humedad relativa del aire directamente en el ojo humano y al llevar lentillas], 1988
[4] Jurecic, Rief — Fraunhofer Institut Arbeitswirtschaft und Organisation IAO [Instituto Fraunhofer de Ingeniería Industrial]: “Luftfeuchtigkeit am Büroarbeitsplatz” [Humedad del aire en la oficina como lugar de trabajo], 2014
[5] Spiegel: “Einfluss der relativen Luftfeuchte auf die Hautrauigkeit bei Patienten mit atopischen Ekzem” [La influencia de la humedad relativa del aire en la aspereza de la piel en pacientes con eccema atópico], 1998
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